miércoles, 4 de mayo de 2022

Palabras de Sergio Chazarreta sobre la obra el "vestido que no encontraste en tu ropero" .

...Fui a ver el vestido que no encontraste en tu ropero y he querido poner en palabras algunas apreciaciones, que para nada pretenden ser una crítica al trabajo... Gracias Mauricio Sarmiento entre tantas cosas por componer este trabajo y por apostar aquí donde nada es fácil, por abrir ese espacio necesario, por sostener, por tu silencio, tu palabra, tu presencia y tú ausencia. Gracias al elenco por la entrega Carla Diaz Anabel Gonzalez Christen Alejandro Omar Ocampos Damian Torres Cristina Cristina nahir Iñiguez Abrazos
•El Vestido que no encontraste en tu ropero o el Loop del Silencio•
Siempre al regresar del trabajo, luego de dar clases y manejar en la congestionada ruta 34 necesito un tiempo para – no hacer- . Anoche, martes 26 decidí torcer el camino que me lleva a mi casa para ir al Espacio Focus donde se presentaba la obra “El vestido que no encontraste en tu ropero” del grupo Cuerpo sin códigos, con dirección de Mauricio Sarmiento e interpretación de Anabel González Christen, Alejandro Ocampos, Carla Díaz, Damián Torres y Nahir Iñiguez.
Debo reconocer que cada vez que participo (porque cuerpo sin códigos casi nunca o nunca presenta obras para contemplar sin arrastrarte al lodo) quedo mezclado, satisfecho, atrapado (sin escapatoria), aliviado y agradecido.
La síntesis argumental detalla “la obra no es una obra, es un desfile de cuerpos, más bien de cuerpas”. El desfile aparentemente inocuo, abre una reflexión sobre la cuerpa, lo que implica considerar la diversidad que la atraviesa; la cuerpa como un lugar donde la sociedad deposita su fantasma. Cuando una obra se presenta en un espacio independiente y se desdice de su carácter de obra, ya comienza a darnos algunas primeras pistas desde dónde podemos iniciar el ovillado de los múltiples trazos y disciplinas que la componen.
Sarmiento es bizarro, inteligente y revolucionario, es capaz de captar la urbanidad y poetizarla sin que pierda la crueldad de la que está hecha, mezcla sentidos, identidades, lenguajes, plantea un dentro/fuera permanente haciéndonos saber que la obra está fuera, que les modelxs somos nosotres que miramos los femicidios y transfemicidios y junto con los machos hacemos un pacto de silencio mientras bailamos, aplaudimos y coreamos la romántica y violenta guaracha orgulloses de nuestra santiagueñidad. Todes aceptamos el pacto de silencio, mientras las travas y las pibas recogen las partes de los cuerpos desmembrados, porque lo hacen solas y nosotres solo espectamos.
Les artistas siguen en sus mundos ilusorios, actores recitan poesías y ficcionan un cuerpo inexistente, bailarines mueven el culo y se refriegan entre elles para saber que siguen en forma, histrióniques y bonitxs; y en medio el arte que se repite, se repite y se repite, un loop parecido al silencio que guardamos cada vez que una macho mata a una piba, a una trava… en épocas de selfie el cuerpo/la cuerpa/ le cuerpe se ha recortado al rostro, rostros como locaciones… y allí reside la otra obra…
El planteo general del trabajo guarda una minuciosa coherencia y una impecable composición dramatúrgica, llena de rulos, de loop, de repeticiones, de interpelaciones, ¿puedo acaso levantarme y parar la obra?, ¿irrumpirla? ¿modificarla?
-Pegale en los huevos (decía una actriz que estaba mirando… pero tampoco se escuchó… )
…Si de casualidad me ves llorando un poco es porque yo te quiero a ti… aunque me haces mal te quiero a ti …
Siento que los cuerpos son mirados y tratados en esta propuesta con diversas lupas, evidenciando la infinita paleta de colores, los diversos modos de ser y vivir el cuerpo. Cuerpos modificados, adoctrinados, disidentes, libres, provocadores, vulnerables, austeros, que se violentan, que se acarician, que juegan, que actúan, que danzan, que son. Ese tratamiento del cuerpo por momentos hiperbólico es un paralelismo con el mío que especta desde un costado. Miro al otro, que como yo está viendo la obra y en medio un chico juaga a lastimar su cuerpo, a maltratarlo, a romperse por dentro, a actuar una canción, a mostrar su frivolidad desnuda. ¿cómo hago para verlo al chico herido que al menos juega sin ver a todes les herides que están en mi frente y en mi costado quietes en sus asientos?, ¿Cuál es el cuerpo que desfila? ¿Cuál es la obra? ¿Qué quiere/me invita Mauricio a mirar? ¿O acaso la obra soy yo mismo frente al espejo cantando una canción ridícula y autolesionándome? ¿acaso la obra esta en la chica que esta parada a mis espaldas contemplándonos como piezas museográficas?
Entre esos paisajes que mezclan sabores, la presencia de Anabel González Christen sostiene el punto exacto de la tensión dramática de la obra, su presencia destaca el trabajo, subraya el alma técnica de la obra, su performance, sus paisajes corporales su inteligencia escénica y su conocimiento técnico la despegan y la llevan a ser un elemento fundamental dentro esta pieza artística. Anabel acaricia al trabajo y golpea al público.
Nahir es el puente, la tilde, el vestido rojo, el marco, el núcleo. Intuyo que ha realizado esta obra miles de veces a lo largo de su vida, con otro elenco, con otres directores, intuyo se ha quitado los zapatos muchas veces para correr y resguardarse en donde pudo, Nahir es el desafío y la esperanza, el deíctico, es la obra antes de que la obra sea y tiene el peso para poder cambiarlo todo, esta interprete ocupa el lugar central del discurso. Nahir sabe de los que se habla porque habla de ella misma, y discursivamente es otro logro de Sarmiento quien ya nos tiene acostumbrades a sus discursos que son una lucha política que buscar reivindicar los espacios de las disidencias (¡por más cuerpos trans en los escenarios y el teatro!).
Siento que Carla, Alejandro y Damián se presentan como lo sutil de lo macabro si es que lo sutil existe en tal acción, sus cuerpos danzando son lo que para las palabras la poesía, esos elementos que nos obligan a hacer zoom. Entonces… ¿para qué queremos esos cuerpos en esta obra?, para lo mismo que queremos el arte en nuestra vida, elles nos regalan aquello que yo podría hacer en mi cuerpo pero que no lo sé hacer, su soporte es la misma materialidad que la que yo cargo (un cuerpo), pero elles saben como fluir en él, nos regalan aquello que no podemos encontrar en la realidad, lo que nos lleva a otro estado, lo “indecible”, - eso- y ahí nos damos cuenta que esta el arte y el artista y que los necesitamos porque son ellos quienes saben fluir en sus cuerpos para llevarnos hacia lo extracotidiano.
¿Cómo cerrar este escrito?
Me pregunto como puedo cerrar este escrito de narra una obra que es un loop, que podría no terminar nunca, ¿Cuándo se muere la urbanidad? ¿Dónde termina la interminable marcha? Porque, aunque haya silencio el cuerpo sigue haciendo solo, se sigue moviendo, así como se sigue moviendo este trabajo, se mueve para encontrar la salud, se mueve el elenco porque nada está terminado, se esta haciendo, se va gestando en esa marcha, en esa interminable marcha del silencio. ¿Cómo ha impactado el imaginario sobre estos cuerpos disidentes?
El vestido que no encontraste en tu ropero es un trabajo cargado de sentidos, desde donde yo no puedo salir como entré, algo se modifica, algo se transforma y ese es el poder del arte.

texto de

Sergio Chazarreta





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