Generaciones tras generaciones de la familia de doña María Josefa se remontó al arte, el arte de los mapas primero, el arte de la cocina luego, el arte de las letras, el arte en las tablas, hasta llegar al hoy. En donde Josefa, actriz de una de las últimas generaciones comenzó a cuestionarse. Todo esto que una cree sucede solo en las familias de médicos y abogados y sus legados.
Se crio en un espacio libre, espacio de pura creatividad y aplausos constantes, que te da la natural forma de respirar en escena, de seguir yendo a ensayos, leyendo texto, viendo funciones y participando de las mismas sin parar en algún momento a cuestionar si lo que estaba haciendo es lo que quería
, si lo que estaba brindando es lo que le gusta, si por lo que estaba viviendo es lo que la llenaba.
Doña Josefa se cuestionó, se frenó, se desorganizo y se perdió en un camino a ensayo. “Nací haciendo teatro” se dijo, y eso se esperó siempre de ella.
“nací haciendo teatro” y estas palabras le sonaron como tan pesadas, tan presentes.
Nunca había parado a ver que hacía, que sentía…solo era cuestión de respirar y seguir con algo que se le hacía tan orgánico y natural.
Pero he aquí, el momento, se vio parada, ahogada sin saber que habría de hacer, se encontró con la sombra de esa familia de literatos y artistas. Se vio sin saber hacer algo más en su vida que actuarla. Y en ese preciso momento se vio! María Josefa se vio!! Sin familia, sin quehacer, sin texto ni caretas. Y se vio actuando en todos los espacios (no solo en las tablas) haciéndose cargo de ese personaje que se le había asignado (o no) pero que, ella sabía, podía hacerlo muy bien.
Entonces se hundió, después de ese personaje cargado por años, luego de sacarse esa mascara del escenario cotidiano, se hundió!! Le fue necesario tocar fondo, le fue necesario desencontrarse, perderse, enojarse por tanto proscenio sin usar, sin caminar. Y ahí, ahogada, honesta, sin personaje alguno vio!!! Como un cenital pendía sobre ella y en la usencia de un público se encontró. No dependía puramente de lo que estaba haciendo, si no, de cómo lo estaba haciendo. Siguiendo los dogmas, las formas, los pasos de generaciones pasadas que trajeron saberes a ellas, pero que estaban para romperse, cuestionarse, recrearlos. RESIGNIFICARLOS (como dice su amiga la Negra 77). Si vivimos actuando en la cotidianidad, no es hora que empecemos a ser reales en la escena?? Honestos?? Que empecemos a entregarnos a las tablas y dejar que atraviesen nuestros temores. No es hora de que el teatro santiagueño empiece ha tener estos cruces de caminos y empiece a sacarse las máscaras, a hundirse hasta encontrar ese cenital que nos muestra todo, con sombras y luces. Y comenzar a arriesgarnos en el quehacer escénico.
MARIA JOSEFA entonces, hoy en día se permite hacer teatro, se permite seguir con el legado de su familia, pero lo cuestiona todo, la atraviesa todo, lo contextualiza todo al ahora, lo rompe y lo rearma todo. MARIA JOSEFA APRENDE TODOS LOS DIAS A RESIGNIFICAR EL QUEHACER TEATRAL, SIN CARETAS, NI TEXTOS IMPUESTOS, SIN PERSONAJES Y CON MIEDOS.
Si no corremos riesgos desde la ficción que nos brinda el arte, entonces?? Entonces, donde seremos reales???
FIRMA: LA NEGRA CASTA
Les niñes saben mas…VERRRRR
Los ensayos de mama… VEEEEEERRR
Hermoso Camarada!! lo que expresas me recuerda a uno de los pricipios fundamentales del universo, Lo Unico Permanente es el Cambio y lo que No Cambia se estanca y se Pudre. Abrazo Arrabalero. Gracias por Compartir Existencia.
ResponderBorrarSiempre se arriesga, así vamos!! Gracias!!! Teatro hoy y ahora.
ResponderBorrarTeatro Hoy y siempre Allí podemos resistir
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